El gobernador de Puebla asegura que se actuará con toda la fuerza del estado para que el linchamiento de dos personas no quede impune
Moreno Valle expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas. Foto: Cuartoscuro |
Buenas tardes a todos
Como es del conocimiento público, el pasado lunes 19 de octubre, ocurrieron hechos condenables en el municipio de Ajalpan, donde se perdió la paz, el orden y la seguridad en los bienes e incluso la vida de dos personas, frente a las propias autoridades municipales que se vieron rebasadas por la población.
La responsabilidad de los municipios en materia de seguridad está contemplada en el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y su correlativo en la Constitución local, además de los artículos 211, 212 y 213 de la Ley Orgánica Municipal, y establecen que el Presidente Municipal tiene como obligación ejercer el mando inmediato de los cuerpos de seguridad en el territorio del municipio, así como asegurar el disfrute de los bienes, posesiones y derechos de las personas que se encuentren dentro del mismo.
Es claro que las autoridades municipales de Ajalpan no cumplieron con estas obligaciones, por lo que decidí, en un acto sin precedentes en el Estado, emitir el día de ayer 21 de octubre, un decreto por el cual asumo el mando de la seguridad pública del municipio, con fundamento en lo previsto por el artículo 115, fracción 7 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los artículos 79 fracción 10, y 105 fracciones 8 y 17, de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla.
Esta facultad comprenderá todo el territorio del municipio de Ajalpan y se ejercerá, a través del Director General de la Policía Estatal Preventiva, Anuar Fernández Redondo, a quien he nombrado delegado para tales efectos. La medida es transitoria y tendrá una duración máxima de 180 días.
En cumplimiento del decreto antes mencionado, se llevó a cabo un operativo coordinado con fuerzas federales y la policía estatal tomó posesión de las instalaciones de la comandancia, asumiendo el mando de la policía municipal.
Hechos de barbarie como los ocurridos el pasado 19 de octubre en Ajalpan no deben tener cabida en Puebla, ni en ningún otro lugar de nuestro país. Una turba enajenada por el enojo y la confusión haciendo uso de violencia extrema, terminó con la vida de Rey David y José Abraham Copado Molina.
A sus seres queridos, en nombre de mi familia y mi gobierno, les reitero nuestras más sentidas condolencias. En este marco, quisiera informarles que el día de ayer me comuniqué con Elsa García, esposa de Rey David, y José Ángel Copado Molina, hermano de las dos víctimas, para expresarles mi solidaridad y absoluto apoyo. Me comprometo con los poblanos, como lo hice con los familiares de las víctimas, a que se actuará con toda la fuerza del estado para que se haga justicia y este crimen no quede impune.
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