La secretaria de salud capitalina, Oliva López Arellano, admitió que la investigación será lenta; el hospital no dejará de funcionar
La Contraloría Interna del gobierno de la Ciudad de México ya investiga el caso. Foto: Cuartoscuro
CIUDAD DE MÉXICO
El hospital veterinario de la Ciudad de México se convirtió “en un espacio de negocio” para los directivos de la pasada administración al permitir la operación de una farmacia privada dentro de la unidad, que al aparecer tenía vínculos con el propio director, informó la secretaria de salud Oliva López Arellano.
Al detectar estas irregularidades administrativas, la Contraloría Interna del gobierno de la Ciudad de México ya investiga el caso.
Además, el servicio de Rayos X se hacía sin seguridad radiológica, exponiendo a pacientes y médicos, pues el equipo que utilizaban era para humanos y no para animales de compañía. Se practicaba poniendo en peligro a las mascotas y a los técnicos que no contaban con un espacio acondicionado para este servicio.
En conferencia de prensa, López Arellano admitió que la investigación será lenta, pero lo importante es que detectaron que había anomalías efectuadas por los directivos, quienes hicieron de este hospital público un negocio particular.
Aclaró que esto no significa que el hospital deje de funcionar o que lo van a cerrar, como se ha difundido en redes sociales, pues se mantiene la esterilización, la consulta externa, la desparasitación y la vacuna antirrábica.
“No se está cerrando el hospital veterinario, se suspendieron algunos servicios donde detectamos irregularidades”, pero en menos de un mes volverán a regularizar tanto urgencias como las cirugías.
Excélsior
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